Sobre Cristiano Ronaldo, la envidia y la hipocresía

El casi seguro fichaje de Cristiano Ronaldo por el Real Madrid no ha dejado indiferente a nadie. Su traspaso ha levantado ampollas en muchos sitios, sobre todo en Barcelona, desde donde llegan los comentarios más feroces (y no sólo del mundillo futbolístico). Juan Laporta, el presidente blaugrana, ha escupido por su boca toda la envidia que, como buen seguidor del F.C.Barcelona, lleva corroyéndole por dentro desde que nació. Sus declaraciones contínuas sobre el Real Madrid y no sobre su propio equipo son una muestra más del modelo de equipo que preside. Pero es comprensible. Debe ser duro ver que aquellos jugadores con los que sueñas noche y día vayan aparcando ofertas aún más millonarias sólo por jugar en el Real Madrid. Debe ser duro ver que, a pesar del ridículo deportivo e institucional que ha sufrido nuestro club en los últimos años y del famoso triregalo, todos los grandes jugadores quieran vestir de blanco antes que de azul celeste. Debe ser duro ir a Milán a preguntar por Kaká y que ni siquiera te reconozcan. Amigo Laporta, ¡lo que hubieras dado tú por tener a Kaká y a Cristiano en tu equipo! Hubieras ofrecido, no 94, sino 200 millones. Pero tu equipo no ha ofrecido ni ofrece nada al fútbol. Sólo vergüenza. Y eso lo sabe toda Europa, exceptuando España. Tu equipo no atrae, no seduce. Tus títulos tampoco. Has tenido suerte de haber tenido una generación de futbolistas que han salido de la cantera y que han resultado ser fantásticos jugadores cuando tú presidias el club. Es la única forma que habéis tenido y tendréis de hacer un gran equipo. Porque las figuras prefieren al Madrid. Ni siquiera os miran de reojo. El centro del mundo futbolístico está en el Bernabéu. Y eso lo sabe Cristiano. Y tú, y toda España a la que llevas de la mano. Lo sabe Moratti, lo sabe Berlusconi, lo sabe Beckenbauer, lo sabe Platiní. Todo el mundo lo sabe. Así que rabiad, gritad y abuchead. Cristiano comentó no hace mucho lo siguiente: «Me gusta cuando me abuchean, me gusta ver el odio en sus ojos». A mí también.

Los 94 millones de euros pagados por el portugués serán una inversión. No supondrán gasto alguno. Por mucho que critiquen, Cristiano sólo supondrá un beneficio para el Real Madrid, tanto económico como deportivo. Vende camisetas y juega como nadie. Más no se puede pedir. Los fichajes que sí suponen un gasto son Drenthe, Faubert, Van der Vaart, Heinze,… porque no aportan ni siquiera fútbol.

Pero, a parte de la cantidad de comentarios bañados de resentimiento y celos sobre la cantidad pagada por Cristiano, también sorprende ver cómo el todavía jugador del Manchester United parece haberse convertido en un mujeriego y en un juerguista de repente. Parece que a Cristiano le han empezado a gustar las mujeres y el mundo nocturno justo ahora que va a jugar en el Real Madrid. Todo es criticar. Criticar, por supuesto, al Real Madrid y a Florentino. Si lo trae porque lo trae y si no lo trae porque no lo trae. Sabíamos todos cómo era Cristiano cuando jugaba en Inglaterra. Allí también le gustaban las mujeres y las discotecas. Allí también salía de fiesta en sus ratos libres. Sí, a Cristiano le gusta la juerga. Esto no es nuevo. Pero ahora que el Real Madrid está por medio parece que sí y todo vale con tal de deshonrar e injuriar la imagen del Madrid. Además, resulta chocante que en una sociedad carente de moral y de principios, donde te miran raro si no haces precisamente lo que hace Cristiano, estas parrandas supongan un motivo de escándalo en los medios de comunicación españoles. Medios que muestran a la mujer como un objeto en su contraportada. Medios que hacen publicidad de «Sexo es vida». Medios repletos de teléfonos de contacto para hacer algo que hasta Ronaldo no ha hecho todavía. ¿Qué tiene de malo, pues, lo que hace Ronaldo? Vayan a dar lecciones de puritanismo a otro lado. Quiten primero todo lo que ensucian sus páginas con esas mujeres indignas. Borren su publicidad subliminal. Arranquen todo lo que les aleje de la inmoralidad. Entonces podremos hablar de Ronaldo, pero sólo entonces.

Cristiano, aunque nos acabamos de enterar que no eres cristiano, tienes una doble misión. Hacer disfrutar con tu calidad sublime a todos los que te aguardamos con la ilusión de un niño y lavar la pestilente boca y las sucias e hipócritas plumas que tanto te reprenden ahora …

¡Hala Madrid! ¡Viva Florentino! ¡Viva Cristiano!